
130 Cuaderno de Ciencias Humanas 7 (diciembre 2025) 123-134
ISSNL 3008-9530
Gabriel Zanotti - Gustavo Salvarredi
Luego, el siguiente capítulo es un recuento de sus cuatro artículos princi-
pales sobre Husserl. Él tiene cuatro artículos largos y densos sobre el hombre,
el idealismo y el personalismo, las implicancias pedagógicas de la losofía de
Husserl y la racionalidad en la era moderna.
Entonces, ahí Leocata dice, en primer lugar, que el idealismo de Husserl
no es un idealismo gnoseológico, sino un idealismo personalista. Por idealis-
mo se entiende que, en la idea del yo en relación con el otro, tenemos como
eje central del mundo de la vida la intersubjetividad. Eso sería el idealismo
personalista.
Yo muchas veces le pregunté a Leocata: “Padre, pero eso es realismo, ¿no?”.
Pero él se mantuvo el al nombre que Husserl quiso darle a su losofía. Hus-
serl no quiso cambiarlo, cosa que sabía que le iba a costar graves malenten-
didos, porque el término idealismo, para muchos de los que están acá, de la
UCA y de la UNSTA, produce urticaria. Bueno, pero Leocata se mantuvo el
a cómo Husserl quiso interpretar el término y a cómo concebimos la propia
conciencia del yo, que es la reducción trascendental, donde el yo es un acto
de ser. Ese es el aporte de Leocata a la síntesis entre Santo Tomás y Husserl.
Leocata despliega todo esto: el tema del yo, el vivir como cuerpo viviente,
el mundo de la vida, la intersubjetividad, entre otros, en estos artículos: idea-
lismo y personalismo, implicancias pedagógicas de Husserl, etc. Pero el últi-
mo artículo es esencial, fundamental, porque es la recuperación de la crítica
que Husserl hace a la mera racionalidad instrumental, al positivismo, que es
lo peor del Iluminismo. Y que lo hace en la “Crisis de las ciencias europeas” y
que es una crítica mucho mejor, mucho más enfática, mucho más fructífera
losócamente que la crítica que hace la Escuela de Frankfurt.
Esta es esa reconstrucción de una racionalidad en la losofía cristiana
que puede servir de punto de partida para la crítica al positivismo, que sigue
vigente hoy, tal vez más que nunca. Porque oscilamos entre un mundo pos-
moderno y otro que cree que somos robots, ¿no? Bueno, entonces esa crítica,
esa asunción que hace Leocata de la crítica de Husserl a la mera racionalidad
instrumental, es fundamental.
Pero ahí llegamos solamente a la mitad del libro porque, si mal no recuer-
do, el último capítulo está dedicado a sus cuatro grandes libros.
En el último capítulo hago una síntesis sistemática de los cuatro, —cinco,
perdón— libros más extensos, sistemáticos de Leocata. Comienzo por Perso-
na, lenguaje, realidad, donde Leocata realiza una relectura integral de la lo-